Decorado con chapa de acero corten abujardado, con acabados en madera y piedra natural, le da un cierto toque rústico a la vez que sofisticado al local. Su sala interior con el comedor bajo un almacen al que se accede mediante unas escaleras metálicas es un claro ejemplo de esto. Intimista y con los detalles cuidados al máximo podria parecer el clásico sitio donde solo el sentarse ha de ser un robo. Pero todo lo contrario, aunque no es un sitio barato.La maitre es muy atenta, siempre dispuesta a sugerir un plato, cantidades (por si nos pasamos o nos quedamos cortos) y si el vino es el correcto. La elección de esta figura dentro del restaurante Goliard parece haber sido siempre muy acertada por sus propietarios, porque la actual encargada de sala ha tenido un predecesor que tambien era garantía de calidad en el trato. Así el primer contacto con el local será siempre agradable y correcto.
Para elegir los platos la carta es algo pequeña, pero es una carta que va cambiando frecuentemente en función del producto de temporada y de la incorparación de nuevos platos en substitución de otros que o bien no han tenido el éxito esperado o bien al chef le ha parecido que era la hora de cambiar. Algunos de estos cambios los hemos aprobado en nuestras visitas, pero en otros casos hemos suspirado de decepción al ver que esa tagliata de ternera con trompetas de la muerte ya no figuraba entre los segundos.
De esa carta se pueden escoger, de los primeros medias raciones, para poder hacer una buena degustación de sus platos. No hay que perderse de entrantes el fantástico pastel frío de berenjena, mató y tomate seco con anchoas, o el foie de pato caramelizado, o la lasaña de patatas y tres quesos con cecina. Platos realmente esquisitos. Ya entrando en los segundos, se puede apostar por el clásico entrecot o filete de buey (a la pimientA de Madagascar, insuperable), o intentarlo con algo más exótico como el filete de canguro. También el surtido de platos de pescado no es nada desdeñable.
La carta de vinos es una sorpresa contínua. Es arriesgada, pocos nombres conocidos para los no profanos y precios asequibles en general. Se pueden encontrar DO Toros, DO Somontano, DO Alicante (aquí descubrí el Pinot Noir de Enrique Mendoza), DO Ribera Guadiana, DO Empordà, DO Montsant, etc. Obviamente algún Rioja y Ribera del Duero se deja ver por ahí, pero todos con precios moderados.
Los postres son correctos, exceso de chocolate por todos los lados, pero que sus amantes apreciaran con el semifrío de chocolate con helado de avellanas.
En conclusión, no es un sitio especialmente económico, pero para mi es uno de los mejores restaurantes de Barcelona, aunque a veces algunos platos pueden parecer escasos (pero depende de que se pida uno). Eso sí, conviene reservar para las cenas porque acostumbra a estar llenito casi siempre.
DATOS DEL RESTAURANTE:
Nombre: Goliard
Dirección: Progrés, 6 - 08012 Barcelona.(Link a GoogleMaps) .
Teléfono: 93 207 31 75
Tipo de cocina: autor y exótica
Precio: Una comida de dos platos con vino y postre cuesta sobre los 30€ aproximadamente.
Que aproveche!!
