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15 febrero 2011

[Hotel] Escapadas a las Hospederías de Aragón – Monasterio de San Juan de la Peña

Aprovechando la última semana libre que nos quedaba, antes de que nuestra niña empezara la guardería y su madre volviera al trabajo después de una larga baja maternal, nos fuimos de ruta por Aragón. No muy lejos porque no disponíamos de muchos días, y no queríamos perder tiempo haciendo kilómetros con una niña de 5 meses que no para de pedir comida.

Después de varias búsquedas, vimos algunas ofertas que nos llamaron la atención: las Hospederías de Aragón.

Mirando distancias y posibilidades, nos decantamos por dos de esas Hospederías con sus respectivas ofertas de escapada de dos noches. Saliendo un lunes y volviendo el viernes a casa, teníamos las cuatro noches cubiertas, las dos primeras en el Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca) y las dos siguientes en el Castillo-Palacio del Papa Luna en Illueca (Zaragoza).


El primer establecimiento está ubicado al lado del antiguo Monasterio del siglo XVII de San Juan de la Peña, en una zona realmente bonita en plena montaña. Estaba todo recién nevado, aunque la carretera de acceso por Santa Cruz de la Serós se hallaba en perfecto estado, con prácticamente nada de nieve en el asfalto.




Sus instalaciones cumplen con los requisitos que uno espera de un hotel de 4 estrellas superior. Sus 25 habitaciones son muy amplias, con excelentes vistas del prado (fotos adjuntas) y los bosques adyacentes, aunque siendo de reciente construcción (creo que del 2008) hay acabados y mobiliario que está un poco en mal estado (humedades en los techos de los lavabos, por ejemplo). Wifi disponible en zonas comunes y salón-restaurante amplio.

El SPA es sencillo, pero suficiente. También debo añadir que en nuestra visita, algunos de los puntos de hidromasaje no funcionaban o no lo hacían correctamente. Un aspecto mejorable seria el hammam que es el típico prefabricado de plástico, y no los más acogedores de gresite.


Esperábamos que habría un poco menos de servicio, teniendo en cuenta que íbamos en temporada baja, entre semana, pero nos sorprendió el nivel tan bajo mínimos en que mantenían las instalaciones, espacios y servicios.


El restaurante solo disponía de menú cerrado, de calidad media, poca cantidad y excesivo precio para lo servido (18 € pax sin vino). Aquí el problema estaba en que no existía otra oferta gastronómica a menos de 30-40 minutos en coche, con carreteras de noche heladas, etc. Así que la cena era prácticamente imposible planteársela en ningún otro sitio.


La carta de vinos relativamente amplia pero sin muchas sorpresas: riojas, ribera del Duero i algunos vinos de Aragón (Cariñena, Somontano y poco más). Realmente me esperaba un despliegue de Somontano de bodegas pequeñas (no presentes en grandes superficies), Calatayud, Campo de Borja, Cariñena,… A la decepción se unió el hecho de que los precios eran desorbitados para algunos de los caldos.


En la primera cena, no hubo opción de escoger ningún vino, pero en la segunda opté por un Muriel Crianza 2006 que me gustó bastante. Sencillo y básico, dentro de los parámetros de un DO Rioja Crianza a la vieja usanza.


Realizamos las visitas a ambos monasterios : el Viejo del siglo X i el Nuevo del XVII, este último pegado al a hospedería. Ambas visitas merecen la pena, porque el primero tiene una ubicación realmente especial, donde el monasterio se adaptó perfectamente (bajo una peña), y el segundo, posee una reconstrucción del mismo donde se puede visitar por encima mediante grandes suelos de cristal. El coste de las visitas lo desconozco porque formaban parte de la oferta que habíamos adquirido en la web que gestiona las reservas de las Hospederías de Aragón.

En la próxima entrada comentaremos que tal nos fue por el Castillo-Palacio del Papa Luna en Illueca.